jueves, 9 de diciembre de 2010

Volvimos de Quillen

Amigos Internautas y Pescadores: Pronto llegará la cronica de este viaje maravillos que al Lago Quillen 2010, pero para que no se sientan mal, les dejo este video como para que se den una idea del tenor de estas nuevas crónica.
Atte, El Cocinero de Ni Un Pique.......

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Un fin de semana maravilloso

Hace unos meses atrás, nos reunimos algunos de los que fuimos al Quillen, para pasar un domingo maravilloso con nuestras familias. Un asado espectacular, una reunión  maravillosa y después una serie de acontecimientos deportivos y de entrenamiento. Pero no abundare en palabras dado que la publicación anterior me fui al diablo así que los dejo con las imágenes y que las disfruten (no se rían mucho)

Atte, El Cocinero de Ni un Pique
















Se viene Quillen 2010

Después de mucho tiempo, las crónicas de este blog vuelven a la luz. Obviamente la posta para escribir paso de mano, Gracias Gonzalo. Para no ser tan extenso los dejo con las notas de viaje de Quillen 2009. Ahora vendrá Quillen 2010….pero esa será otra historia…


Quillen 2009, Un viaje....muchos viajes en uno.

La ansiedad crecía a medida que el día de la partida se acercaba, claro para quien va por primera vez es todo un gran acontecimiento, pero para los experimentando miembros del grupo “Ni un pique”, era parte de una rutina mas. Bueno después de haber conocido Quillen, no creo de ninguna manera que sea una rutina mas. Cada uno de los viajes anteriores, no me caben dudas que significó algo distintos para estos compañeros, con los cuales compartí 6 días entre viaje y estadía.

Y si, llego el jueves. Ese día a las 17:00 estaba con todo preparado en la puerta de mi casa esperando que la camioneta azul de la Chola diera vuelta la esquina. A las 17:10, estaba llamando a Gonzalo para ver que pasaba con el retraso de la Chola. Al fin a las 18:00 arribo a mi domicilio. Dejare de lado todos los improperios vertidos por este personaje a la hora de cargar todos mis bártulos, reconozco que prácticamente era una mudanza. Subí a la camioneta y con el sombrero –me lo había comprado para la ocasión- puesto cual Indiana Jones Latinoamericano, emprendimos la ruta que nos llevaría a buscar a Marcelo, y Gonzalo. Una vez cometido esto nos encontramos todos en los de Gustavo, donde terminamos de ajustar algunos detalles y emprendimos la GRAN TRAVESIA. Como anécdota mencionare que no habíamos salido de casa cuando me avisa mi mujer que me había olvidado (tenia que suceder) los emparedados (queda mejor expresado, jeje) de jamón y queso, jamón crudo y queso, bondiola y queso y de queso solo. El mencionar que debíamos pasar a buscarlo por casa (esto implicaba atrasarnos aún mas), determino que la chola me mandase a la p… que lo P……En fin, me quede sin la vianda.

Usted, lector se podrá preguntar que tiene de GRAN TRAVESIA, un viaje al sur. Pues vealo desde otro punto, y piense 7 tipos, mas dos que nos encontraríamos en Zapala, compartirán un viaje donde uno solo de esos 9 no pesca. Los restantes ya estaban lanzando la mosca a la altura de la Av. 44 y el cruce con la ruta 2.

EL viaje de ida, quizás por las expectativa de llegar se hacia interminable, pero a su vez muy entretenido con los comentarios que cada uno  aportaba mientras se manejaba. En la camioneta de la Chola, íbamos el flaco, Gonza y quien escribe este relato. Claro como  me voy a olvidar de una gallega que nos acompañaba y nos indicaba el camino, al cual llamaremos Maria GPS.

Hasta la altura de Lobos, todo venia bárbaro pero al llegar a Roque Perez, se produce la controversia entre Maria GPS y quien esta escribiendo esto. Desde ya que  la tecnología actual es sumamente eficaz, pero la experiencia por transitar las interminables rutas de nuestro país (bueno vamos acotar esto de las “interminables rutas” y lo dejaremos en viajar seguido a Trenque Lauquen) fue determinante para que nos desviáramos y tomáramos la ruta 30 hasta la localidad de Chivlicoy. Hacer esto y que la Gallega insoportable de Maria GPS, empezara a decir que debíamos girar 180 grados y nos pegáramos la vuelta para continuar por otra ruta , acompañado con la puteadas de la Chola sobre este tema, fue una sola cosa.

Obviamente, la experiencia primó más y desembocamos en Chivlicoy tomando posteriormente la Ruta 5.

Pero que pasaba mientras tanto, en el interior del vehículo? Las opiniones era diversas  por donde debíamos ir, y para males no nos podíamos comunicar con los otros viajeros, dado que el celular de Gustavo saltaba le contestador. A esa altura de la noche, poco importaba si los otros estaban por una ruta, los había secuestrado un ovni, o estaban boludeando en alguna laguna. El móvil bullanguero de la chola seguía su camino con el experimentado guía que los conduciría a buen puerto y Maria GPS rompiendo las bolas que debíamos dar vuelta.

Así siguió esta travesía hasta que luego de comunicarnos con los otros expedicionarios, resolvíamos encontrarnos en Gral. Hacha.  

Pasamos varios pueblo, pueblitos tolderías, y demás caseríos, hasta que arribamos al punto de encuentro. A esa altura de la noche, se hacia bastante difícil descansar, nos turnábamos para manejar mientras otros trataban de dormir. Bueno dormir es una manera de decir, salvo la chola que parecía un aserradero con sucursales. Que flor de tipo este a la hora de roncar. Nadie, o al menos yo, se esperaba que este Sr. roncara tanto, pero eso será detallado más adelante.

Luego de esa parada técnica continuamos nuestro viaje entre risas, comentarios, y sobretodos las cosas una camaradería extraordinaria.

Después de varias horas llegamos a Zapala, punto de reunión de todos los expedicionarios. Ahí fue donde se compro los permisos de pesca, el asado, llamadas telefónicas a nuestras familias y demás yerbas.

De Zapala hasta Quillen fue un viaje fenomenal, donde el paisaje nos estaba mostrando lentamente la grandeza del sur. Claro esta que no todo es fácil en la vida, y viajar con la chola por camino de montaña es aun mas. Este individuo, por no decir otra cosa (##/#&@@@) manejo por la cuesta de rahue, como si estuviese compitiendo en Formula Uno. Pero que gran hijo de Júpiter que sos Chola, me hiciste cortar clavo de ida y vuelta.

Al final y como queriendo demorarse en el tiempo, QUILLEN nos dio la bienvenida.

Al llegar en el Chola móvil, vimos como los otros integrantes del equipo que habían arribado antes ya estaban bajando el bote al lago,  y estaban estableciendo las bases del campamento.  Es entonces donde todos nos pusimos a armar carpas, gacebos y demás cosas.  Habían pasado 22 horas de viaje, y los pescadores estaba como locos, así que en una hora y media ya estaban en el lago lanzando sus Moscas y disfrutando por lo que más habían esperado.

Este humilde cronista, devenido en cocinero del grupo, empezó a juntar la leña con la cual haría el asado para la primera noche.

Entre risas, cansancio y la noche que se iba adueñado lentamente del día, la primara jornada estaba culminando. Ya estábamos en ese paraíso, donde como simple centinela de ese lugar, el Lanin, nos envolvía con su magnánima figura.

El sábado a la mañana, el día parecía maravilloso, y como se podrán imaginar, las huestes de pescadores fueron a buscar sus presas. Habiéndome quedado en el campamento, me prepare como corresponde para una caminata y recorrí el trayecto que une los dos campings. Esta demás decir que caminar bordeando el lago entre coligues y otras especies arbóreas (que lo parió con el léxico)  fue sencillamente maravilloso. Partí del campamento base con mi mochila y mi sombrero y luego de vadear un hilo de agua de deshielo llegue al otro campamento, donde me aguardaba una verdadera postal de este enorme espejo de agua. La fauna y flora que uno ve, es extaoridnaria. Es ahí, donde al borde del lago saque mis provisiones (salamines y pan) y me tome mi tiempo para comer algo y disfrutar del paisaje.

En fin……ese era el comienzo  de una aventura extoaridnaria que me llevaría a explorar aun mas todos esos lugares.

En la próxima entrega, continuaremos con este relato donde las bromas, las salidas en el Amanecer III , arañas y botellas de coca cola con sabor a nafta, nos permitirán disfrutar de esta aventura que se llamo QUILLEN…….

 

 

Y la historia continua, como debía ser. Luego de una larga caminata, retorne al campamento, donde me estaban aguardando el Tano, Alejandro y Marcelo. Estos dos últimos estaban retornando de pescar a orillas de lago, mientras los demás integrantes recalentábamos el asado sobrante y nos dispusimos para almorzar .

Esa tarde paso muy apacible esperando el regreso de los otros maniáticos de la pesca con moca, para poder cenar. Como ya había anunciado el cocinero, esa noche se deleitarían con unos pollos al disco, especialidad de este Gourmet. Empecé con los preparativos para la cena lo cual me llevo a cortar los pollos y trozarlos, situación que fue realizada casi con normalidad. Se preguntaran porque casi?, bueno al costado de la mesa de preparativos, aproximadamente a unos 60 metros había un árbol seco y en el estaban posados toda una familia de Chimango. Como sabrán, estas aves son carroñeras y por consiguiente al oler el pollo estaban al acecho. Claro esto no hubiese sido problema, si como ayudante de cocina no lo hubiese tenido a la Chola. Para tratar de definir a este individuo, creo que podría hacerlo, diciendo que es una mezcla de ROMPE Y BOLAS. Al descubrir este buen amigo que las dichosas aves querían cenarse un pollo, empezó a tirarle los menudos, tripas, corazones, panzas, cueros, grasas y todo lo que estuviese a mano. Empezar a hacer esto y que toda la P… familia de Chimangos, mas algún Carancho, bajase a morfar, fue una sola cosa.

En un momento, y ya al borde de un ataque de nervios, veo a la Chola buscando entre las presas de pollo que podía tirarle. Es entonces, donde le dije “déjame el pollo o te carneo a vos”. Bueno terminada esta faena, empecé a dorar las piezas y lentamente fue tomando forma estos pollos al disco. Mientras tanto, los demás depredadores de la fauna itícola del Quillen arribaban al campamento. Luego de sacarse esos mamelucos para el agua, botas y demás utensilios, se aproximaron debajo de la gran toldería, para degustar esta exquisitez.

La cena transcurrió entre risas y bebida, pollo y bebida, café y bebida y……bebida.

Llego entonces el momento donde cada uno se retiraba a sus aposentos para descansar el cuerpo y así poder juntar fuerzas para el día siguiente. Un tema aparte es la disposición que se fue armando para dormir. En esa especia de loft que trajo el Tano como carpa, conformado por dos habitaciones a los extremos y living en el medio, nos dispusimos a dormir. En el ala norte dormíamos Alejandro y este relator, al medio (en el living) la Chola, y en el ala sur, el Tano y Gonza. Otro habitáculo, fue el que dormían Gustavo, Juan y el Mendo, y por ultimo como solo malo estaba Marcelo en una especia de nicho.

Los primero en retirarse a descansar fueron el trío formado por EL Mendo, Gustavo y Juan. Luego fue el turno de Alejandro y raudamente lo seguí yo. Posteriormente Gonza se dirigió a sus habitaciones, donde colocándose la linterna en la cabeza se dispuso a leer y acto seguido se apersono su compañerito de habitación, el Tano. La última persona en dirigirse a conciliar el sueño fue la Chola. Previamente se dirigió al WaterClose y deposito una ofrenda a los dioses Mapuches. Parecía que todo marchaba bien. El silencio de la noche nos envolvía lentamente y cada uno de nosotros nos entregábamos mansamente a los brazos de Orfeo (para los incultos es el dios del sueño). Pero nos entregamos mansamente?. NO, alguien decido que el resto no debería dormir. La Chola nuevamente había abierto el turbo ventilador que tiene por garganta y empezó una sinfonía de ruidos, que al decir de este cronista, nunca había escuchado.

Como pudimos nos fuimos durmiendo. Al día siguiente, uno de estos aventureros, el que dormía en el Nicho, dijo algo así: “ Mierda estaba afuera de la carpa de ustedes y sentía que toda mi estructura de nicho se movía cual terremoto, quien carajo roncaba tanto?”, todos nos dimos vueltas y miramos a Pie Grande Gioralno….en fin, estos son algunos costos que debíamos pagar.

Domingo. Un día espectacular. Los depredadores conformaron la hoja de ruta y así todos nos subimos a los botes y emprendimos la marcha para el fondo del lago. Aclaro, que no nos ahogamos, sino que nos dirigimos al otro extremo del Quillen a buscar presas. La travesía que duro aproximadamente unos 30 a 45 minutos fue sencillamente asombrosa, al menos para este relator que nuca navego por este espejo de agua.

Me tomare un instante para describir un hecho que realmente cambio el sentido de nuestras vidas. Presurosos de emprender la partida, uno de los miembros del equipo, con su boca extremadamente seca por a sed y para no perder tiempo en volver al campamento a buscar una botella de agua, cogio (al decir en forma española) una botella de Coca-Cola y se empinó un flor de trago. “ Por fin apagare mi sed..”, pensó esta persona. Pero no fue exactamente así. La cara de asco y escupir inmediatamente fue todo uno. La bestia en cuestión, no se percato que en esa botella, no existía dicho líquido, si bien el color era el mismo. Lo que había era mezcla para el motor del generador que usamos en todos nuestros días de camping.

En fin, a partir de ese momento, Gustavo Tombel, paso a ser catador de nafta y aceite en general. Es mas, cada vez que parábamos a recargar combustible,  Gustavo se ponía la manguera en la boca (por favor no desviar el sentido de lo expresado) y cataba el octanaje del combustible. Si aprobaba llenábamos el tanque, caso contrario, seguíamos hasta otra estación de servicio.

Fue entonces donde arribamos a un lugar donde existía una pequeña playita en la cual desembarcamos. Unos se adentraron a una laguna a probar suerte, otros decidieron lanzar sus moscas en las mismas aguas del quillen. Mientras tanto, el único miembro de la expedición que no pescaba, se dedico a sacar fotos y comerse todas las provisiones que había. Estaba el relator descansado en los  pedregullos cuando alguien dijo “vean, vean que linda araña”. Decir esto y que yo estuviese subido a uno de los árboles mas grande, fue casi una sola cosas. Para los que no saben, les tengo fobia a las arañas. Esta, no era un arañita, era lo más parecido a un mamut peludo y rastrero. Bueno luego de sacarles fotos fue sacrificada en honor al dios Fobia……

Continuando con el relato, un grupo decidió dirigirse a otro lugar para probar suerte y le verdad que fue maravilloso conocer esa extensa playa donde la majestuosidad de los picos nevados, los bosques vírgenes y el verde esmeralda de las aguas del lago, dejaban con la boca abierta a mas de uno. Fue entonces donde intente pescar con cucharita, pero la acción duro poco, motivo por el cual me dedique a sacar fotos, filmar las capturas que hacían el tano, y divertirme al ver como la chola quedaba hecho un matambre con la línea.

Al rato de estar en ese paradisíaco lugar, llego en el otro bote, Juan y Marcelo,  y se decidió volver a la anterior playita donde el Tano, Juan y yo nos quedaríamos para levantar a Gustavo y Gonza. Es en ese momento fue donde decidí tomarme un descanso y me tumbe cual lagartija (había muchas y de muy lindos colores) dentro del bote. Al poco rato de estar durmiendo siento el motor de una embarcación y o sorpresa era el Guardaparque. En ese momento sentí cierta preocupación dado que teníamos dentro de un tacho varias truchas, mas de las permitidas. Pero nada paso solo me pidió los permisos de pesca y después de sacar a Gonza y Gustavo de la laguna porque no se podía pescar ahí, me quede charlando con este fulano, donde aprendí varias cosas sobre flora, fauna y demás cosas atinentes al lugar donde nos encontrábamos.

Bueno, después de todo esto emprendimos el regreso al campamento, donde un VERDADERO GURMET, “El Mendo”, nos deleito con unas truchas al roquefort en crema de leche, mas Gustavo hizo unas truchas a la parrilla que también estaban para chuparse los dedos. Esa noche nos quedamos más de la cuenta charlando y tomando alguna bebida espirituosa (al decir de Gonzalo). El tanto, Gonza y yo nos habíamos quedado viendo crujir los leños, y ver danzar las llamas del fogón, como queriendo llevarnos a una simbiosis perfecta con las espíritus de quienes alguna vez fueron los verdaderos dueños de esas tierras. Como desde tiempos inmemoriales, el fuego nos cautivaba y cada uno quizás, pensaba en lo suyo. Hasta que ya vencidos por el cansancio nos fuimos a Dormir. Es entonces donde empezó a vivirse una verdadera noche de terror. Algunos pensaran que nos atacaron pumas, pero es imposible porque en ese lugar no hay. Bueno fueron acechados por oso, tampoco, no vimos nada de eso.

Nos ataco la personificación del cerro TRONADOR, en la figura ensordecedora de la CHOLA.

El muy turro se fue a dormir antes que nosotros y empezó a roncar. Bueno no seré reiterativo, pero simplemente dejare como testimonio, que una pareja de caranchos se comieron entre si al escucharlo, dos chimangos se suicidaron en el lago y la pareja de Suizos que estaban cerca suyo, salieron de motorhome y empezaron a inclinarse ante la figura del volcán Lanin, para pedirle que no entrara en erupción, creyendo que esos ruidos eran los preparativos de una erupción.

Chola querido, podes seguir roncando tranquilo, a todos nos gusto tu sinfonía en DO MAYOR DE PECHO, para flauta y bombo leguero…..

Había culminado el domingo. Poco nos quedaba para disfrutar de este lugar. Quillen poco a poco empezaba a despedirnos.

El lunes, luego de comernos unas tortas fritas que hizo el Mendo, el grupo se dividió. Unos nos dirigimos al lago Hui-Hui y otros se volvieron a embarcar para ir a algún lugar del lago. Me olvidaba, Gonza y Sergio, se fueron al río a pescar.

El Tano, Marcelo, Alejandro y quien escribe, nos dirigimos a ese otro lago luego de una caminata de 6 Km, los cual nos insumio una hora cuarenta minutos a. Nuevamente el sur  nos mostró, o al menos a mi dado que los otros ya lo conocían, unos paisajes fenomenales. Llegamos a dicho lugar, donde inmediatamente se empezó a pescar. En este lugar, este cronista como había llevado un tipo de sandalias especiales, se metió en el lago. La verdad que estaba fría pero las ganas de conocer y de experimentar me llevo a caminar por el borde del lago para poder sacar mejores fotos.

Me tomare un segundo para describir algo muy espacial en este lugar. En un determinado momento se larga a llover (aclaro para quienes no conocen el sur, que no fue una lluvia torrencial, mas bien un aguacero leve pero que mojaba lo suficiente), y luego de acomodar las cosas de los pescadores debajo de una saliente, para que no se mojaran, me quede mirando en un profundo silencio el paisaje.

Fue un instante de magia absoluta. Solo se escuchaba las gotas golpear en las cañas Coligues, en el lago, en las piedras.  EL cielo, de un gris plomizo, era surcado por unas bellísimas golondrinas, y una bandada de patos, venían desde un punto incierto del lago, sobrevolando, como una escuadra de Mirage.

A los lejos y juntos, Marcelo, Alejandro y el Tano, se los veían mas que contentos disfrutando a pleno, de aquello por lo que habían hecho tantos kilómetros, bajo la lluvia.

En fin, creo que como cierre de este viaje, Hui-Hui, me regalo una postal única, una vivencia maravillosa.

Volver y desarmar el campamento fue ya un trámite. Los primeros en desandar el camino, fueron  Juan y el Mendo. Uno amigos que conocí fenomenales. Muy buenos camaradas de este viaje.

Luego de terminar de guardar todo emprendimos nuestro retorno a La Plata, al cemento, al ruido, a la vida cotidiana. Atrás quedaban las vivencias, las capturas fallidas, asados, pollos y truchas al roquefort, la juntada de leñas, la mirada a un cielo limpio donde las estrellas, esas mismas estrellas que alguna vez contemplo la Nación Mapuche, nos iluminaban entre las montañas nevadas.

Quedaran muchas cosas para contar, que seguro formarían otra crónica, pero al decir de Joseph Rudyard Kipling ese maravilloso poeta Hindú, esa historia……será otra historia.

 

El cocinero de “Ni un pique”